miércoles, 30 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "DJ"

Dennis Wayne Johnson, o DJ como también era apodado, nació el 18 de septiembre de 1954 en Compton, California. Jugaba de base y tenía una buena altura, 1,93 metros, teniendo en cuenta el puesto en la cancha que ocupaba.

Tras dos años en Harbor Junior College, Johnson llegó a promediar 18,3 puntos y 12 rebotes para ayudar a su equipo a ganar el título estatal. Pero eso no hizo mucho por él, ya que solo dos universidades lo quisieron becar: Pepperdine, de Malibu, y Azusa Pacific.

Finalmente se quedó con la primera, en la que jugó durante una única temporada antes de declararse elegible para el draft. En ese año promedió 15,7 puntos jugando de escolta y junto a sus compañeros entraron al torneo de la NCAA. Vencieron en primera ronda a Memphis State y estuvieron cerca de hacer lo propio con la siempre poderosa UCLA. Pese a quedar eliminados, Johnson fue bien visto por los ojeadores de algunos equipos de la NBA, aunque él creía lo contrario.

En la noche del Draft de 1976 no tenía fe de ser elegido por algún equipo, pero sorpresivamente los Seattle SuperSonics lo draftearon en la posición 29, que equivalía a la número doce de la segunda ronda, del equipo dirigido por Bill Russell.

En su temporada de rookie, la 1976/77, le tocó ser jugador de recambio del dúo formado por Donald Earl Watts (base) y Freddie Brown (escolta), ya que podía jugar en ambas posiciones, y promedió 9,2 puntos. Esa temporada fue mala para el equipo en general y no pudieron clasificar a la postemporada, por lo que Russell fue destituido de su cargo.

En la siguiente, el nuevo entrenador fue Bob Hopkins, pero tuvo un arranque desastroso de solo 5 victorias y 17 derrotas en sus primeros 22 partidos y fue despedido. Lo sucedió Lenny Wilkens, que dio vuelta por completo al equipo, puso a Johnson de titular en la posición de escolta y metió al equipo en playoffs, con un récord final de 47 triunfos y 35 caídas. En la postemporada eliminaron a los Lakers en primera ronda, a los Trail Blazers, que eran los campeones vigentes, y a los Denver Nuggets para conseguir el título de conferencia. En la final llegaron a estar 3-2 arriba sobre los Washington Bullets, pero el equipo de la capital le dio la vuelta y fueron derrotados en el séptimo partido en el que Johnson tuvo una pésima noche en lo personal: 0-14 en tiros de campo.

La temporada 1978/79 fue la de la revancha. DJ logró mejorar sus números ya como base, promedió 15,9 puntos y 3,5 asistencias, que lo llevaron al All Star y también a formar parte del mejor quinteto defensivo del año, y terminaron la temporada regular con 52 y 30 para ganar la división Pacífico. Llegaron nuevamente a las finales contra los Washington Bullets y esta vez, pese a haber perdido el primer partido, ganaron los cuatro siguientes y se quedaron con el anillo. Dennis promedió en esa serie 23 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias, por lo que le dieron el premio al MVP de las finales.

Sin embargo, eso sería el inicio del fin para él en el equipo, la despedida de los Sonics estaba cerca. Pese a que tuvieron un gran rendimiento en la fase regular de la temporada 1979/80, y Johnson tuvo un gran nivel promediando 19 puntos, 4,1 asistencias, All Star, mejor quinteto defensivo y segundo mejor quinteto de la liga, cayeron en la final de conferencia con los Lakers de Magic Johnson y Kareem, lo que le generó una gran desilusión, una de las mayores de su carrera según reconoció algunos años más adelante. No solo eso propició su traspaso a Phoenix, también frecuentes peleas con el entrenador Wilkens hicieron que se fuera del equipo.

En los Suns fue el anotador del equipo en los tres años que jugó en la posición de escolta. Promedió 17,3 puntos, entró dos veces al All Star, los tres años integró el mejor quinteto defensivo y por única vez en su carrera pudo formar parte del mejor quinteto de la temporada en la 80/81. Los dos primeros años alcanzaron las semifinales de conferencia pero en la tercera cayeron en primera ronda y eso, sumado a la nuevamente mala relación con su entrenador, John MacLeod, hicieron de su salida a los Celtics un hecho.

A Boston llegó gracias a la inteligencia de Red Auerbach, que veía cómo su equipo era de los mejores en ataque pero sufría en defensa, y por eso llamó a un integrante frecuente del mejor quinteto defensivo de la liga. Ahí estuvo hasta el final de su carrera e integró con su llegada uno de los mejores equipos que se vieron en Boston, junto con Larry Bird, Robert Parish y Kevin McHale.

Justamente en la primera temporada (1983/84) ganaron el anillo tras vencer en la final a los Lakers. El base de los Celtics minimizó a Magic Johnson en aquellas Finales y le llevó a cometer muchos de los errores que finalmente llevarían a Magic a ganarse el apodo de "Tragic" Johnson.

En la temporada 1984/85 volvieron a tener un andar arrollador tanto en fase regular como en postemporada, pero en la final se chocaron contra los Lakers en busca de revancha. Pese a su game winner en el quinto partido, tras un pase de Bird que estaba marcado por Magic y Kareem, los angelinos ganaron el sexto juego y se quedaron con el título.

No contentos con haber caído en la final ante sus rivales de toda la vida, los Celtics se prepararon para ir por lo que era suyo y les habían arrebatado los de Los Ángeles. Pudieron mantener el nivel durante todo el año y no tuvieron inconvenientes a la hora de llegar a una nueva final de la NBA, donde esta vez esperaban los Rockets de las “twin towers”: Hakeem Olajuwon y Ralph Sampson. Pese a que esa dupla daba miedo, no fueron problema para Bird, Johnson y compañía, que ganaron 4-2 la serie para darle el 16° título a la franquicia. Además, este fue el tercero y último de Dennis en su gran carrera en la liga.

Un año más tarde, en 1987, volvieron a jugar las finales, pero el equipo no pudo rendir como lo había hecho antes. En las finales de conferencia estuvieron a punto de perder con los Bucks, aunque esto no pasó gracias a la gran defensa de Johnson. Sin embargo, en la final, los Lakers hicieron lo que Milwaukee no había podido terminar y los derrotaron por 4-2, con Magic Johnson imparable y con ganas de seguir agigantando su leyenda, lo que le valió recibir el MVP de las finales.

Lamentablemente, las últimas tres temporadas de la carrera de Dennis Johnson fueron en caída libre. En la 1987/88 no pudieron ganarle a los Pistons en la final de conferencia, en la 1988/89 terminaron 42-40 en fase regular y cayeron ante los de Detroit nuevamente, pero esta vez en la primera ronda y ya en la última, la 1989/90, y con 35 años, volvieron a caer en primera ronda, pero esta vez con los New York Knicks por 3-2.

Dennis Johnson, con su extraordinario compromiso con la defensa, mejoró de forma innegable a los Celtics de la década de los 80. Era el tipo de jugador que entendía lo importante que era la defensa para el éxito colectivo, e hizo gala en esos años con los Celtics de su apodo de «hombre pegamento».

DJ se retiró antes de arrancar la temporada 1990/91 y en su ceremonia de despedida tuvo dos grandes homenajes de dos de los mejores jugadores de la historia en sus puestos. Su eterno rival, Magic Johnson, le dedicó una carta en la que decía, entre otras cosas, que fue “el más grande defensor del backcourt de todos los tiempos y Larry Bird, compañero suyo en los Celtics durante tanto tiempo, le dijo en persona que fue “el mejor compañero que jamás he tenido". 

Como si fuera parte de su destino, falleció el 22 de febrero de 2007 a la salida de un entrenamiento de su equipo (Austin Toros, filial de los Spurs en la D-League). Sufrió un paro cardíaco en el estacionamiento del club mientras se dirigía a su auto. Tras su deceso, Danny Ainge, leyenda de los Celtics en los ’80 y hoy general manager de la franquicia de Boston, declaró sobre DJ que fue “el jugador más infravalorado de la historia y una de las mejores adquisiciones de los Celtics”. Otro de los que solo tuvo palabras para enaltecerlo fue Bill Laimbeer, rivales en los cruces Celtics-Pistons, quien lo definió en una breve frase: “un gran jugador en un gran club”.

Dennis Johnson fue de esos jugadores que no necesitaban el brillo de los reflectores para saber lo importante que era para el equipo. Simplemente entraba al campo de juego y hacía lo que tenía que hacer. Fue parte de una de las décadas más gloriosas de los Celtics, pero eso no es por lo que todos lo recuerdan, sino por haber sido un gran compañero fuera de las canchas, algo mucho más valioso que repartir asistencias y anotar puntos.


 

viernes, 25 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "Tiny"

34 puntos y 11,4 asistencias por partido. Números maravillosos para un base, fueron los que promedió "Tiny" Nate Archibald durante la temporada 1972-1973 de la NBA, una campaña en la que el armador de 24 años y 180 centímetros llegó al All-Star Game y se afirmó como estrella de la NBA pero que, a pesar de lo que esas estadísticas sugieren, no lo tuvo como MVP y ni siquiera como protagonista en los Playoffs.
Archibald, en una liga que aún no tenía tiro de tres puntos y que era dominada por los gigantes en la pintura, fue uno de los primeros jugadores de la historia de la NBA en deslumbrar por su velocidad. Su control del balón y su capacidad de pase eran increíbles, y su precisión en el tiro de media distancia y sus múltiples recursos para definir en el aire cerca del aro, lo transformaban también en una amenaza anotadora.
Estamos hablando de un crack del inicio de la década del 70, una etapa algo tumultuosa de la NBA, pero en la que jugadores como "Nate the Skate" comenzaban a traerle al juego la espectacularidad de las calles, de los barrios como el Bronx de New York en el cuál se había criado. Esa irreverencia para romper esquemas, rápidamente lo hizo aparecer bajo las grandes luces, a pesar de haber sido una elección de segunda ronda en el Draft de 1970. 
En su primera campaña con Cincinatti Royals, aportó 16 puntos y 5,5 asistencias por juego, y para la segunda campaña ya promediaba 28,2 tantos y 9,2 asistencias, siendo ya la gran figura del equipo y llegando a anotar 55 puntos el 23 de febrero de 1972 ante Portland Trail Blazers, siendo después de Jerry West, Richie Guerin, Earl Monroe y Oscar Robertson el quinto guard en alcanzar los 55 puntos en la NBA. Entrenado por una leyenda del puesto como Bob Cousy, Archibald ya llamaba la atención en la liga, pero todavía no pisaba la postemporada con un Cincinatti muy flojo, en el que carecía de compañía para meterse entre los cuatro mejores equipos del Este (Conferencia en la que por entonces habían ocho franquicias).
La franquicia, que había sido comprada por 10 empresarios de Kansas City, fue trasladada y a partir de la temporada 1972-1973 los Kings fueron los Kansas City - Omaha Kings, el equipo que vio a un Archibald increíble y que lograría hacer historia en la NBA: el base fue el primer y hasta ahora único jugador en quedarse con los títulos individuales de puntos y asistencias en una misma fase regular. Nate anotó 2.719 tantos y repartió 910 asistencias, liderando la liga tanto en el total estadístico, como en el promedio por partido.
La curiosidad de esta historia es que ni con semejante nivel individual (los 34 puntos por juego llegaban con un 48,8% en tiros de campo y un 84,7% en tiros libres) Archibald pudo torcer la historia de los Kings, quedando séptimos sobre nueve equipos en la Conferencia Oeste. Lógicamente, estando fuera de Playoffs, no pudo hacerse con el premio al Jugador Más Valioso: quedó tercero en la votación por detrás de dos pivotes: Dave Cowens, de unos Boston Celtics que ganaron 68 partidos, y Kareem Abdul-Jabbar, de unos Milwaukee Bucks que vencieron en 60 ocasiones.
Archibald nunca más llegó a pisar los 30 tantos o las 10 asistencias por juego y una rotura del tendón de aquiles de la pierna derecha en 1977, a sus 29 años, llevó a pensar que todo se había acabado para él en el nivel más alto. Es que no era la primera lesión así, sino la segunda, porque en 1974 la había sufrido en la pierna izquierda.
Sin embargo, en sus últimos años de carrera, el neoyorquino volvería al All-Star Game e incluso a ser parte de los equipos All-NBA (segundo quinteto en la temporada 1980-1981). Fue Boston Celtics el equipo en el que se reencontró. Como compañero de un novato Larry Bird, Archibald abandonó su estilo tan agresivo y pasó a ser un base de menos de 10 intentos al aro por partido, más preocupado por que el balón llegase al alero.
Así "Nate the Skate" promedió 8,4 asistencias en la temporada 1979-1980, 7,7 en la 1980-1981 y 8,0 en la 1981-1982, siendo All-Star en las tres campañas y logrando en la segunda su primer y único anillo de campeón de la NBA, junto a jugadores como Bird, Cedric Maxwell, Robert Parish y Kevin McHale. Archibald fue decisivo en el último partido de las Finales de 1981, aportando 13 puntos y 12 asistencias contra Houston Rockets.
El retiro finalmente le llegó dos años después, jugando para Milwaukee Bucks, con una carrera a la que ese título en Boston pudo sacar de la lista de grandes jugadores individuales sin logros colectivos. A lo largo de su carrera promedió 18,8 puntos, 2,3 rebotes y 7,4 asistencias, en 876 partidos de liga regular.
Seis presencias en el All-Star Game (MVP en el 81), cinco en los equipos All-NBA y la selección a la lista de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA presentada en 1996, engalanan la carrera de un jugador que es miembro del Salón de la Fama desde 1991 y que, hasta la campaña de MVP de Russell Westbrook en la temporada 2016-2017, era el único jugador en llegar a los 30 puntos y 10 asistencias por partido.


martes, 22 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "Jo Jo"

Joseph Henry "Jo Jo" White, jugó al baloncesto en la Universidad de Kansas antes de participar con su selección en los Juegos Olímpicos de México 1968, ganando la medalla de oro. En el Draft de 1969 fue seleccionado en la novena posición por Boston Celtics, equipo que por entonces venía justamente de ganar once anillos en trece años. Sin embargo, antes de que White debutara con la verde de los Celtics, el legendario pívot Bill Russell anunciaba su retirada. White fue un jugador de baloncesto "iron-man", disputando los 82 partidos de la liga regular durante cinco campañas consecutivas en los años 70, estableciendo un récord de franquicia de 488 partidos jugados ininterrumpidamente. White era un gran defensor, rápido y decente tirador, además de haber sido el líder de su equipo.
En 1970 los Celtics finalizaron con balance negativo por primera vez desde 1951, firmando un 34-48. Pero con White liderando al equipo desde la posición de base, los Celtics regresaron rápidamente al camino de la victoria en 1971. White fue seleccionado para jugar el All-Star Game desde 1971 hasta 1977 y finalizó entre los diez mejores en asistencias por partido desde 1973 hasta 1977. En 1974 y 1976, White ayudó al equipo a ganar el campeonato de la NBA, siendo nombrado MVP de las Finales de 1976. Fue traspasado a Golden State Warriors en 1979, y en 1981 se retiró del baloncesto profesional en los Kansas City Kings. El 9 de abril de 1982, los Celtics retiraron su dorsal 10.
Disputó un total de 837 partidos de liga regular, y sus estadísticas fueron de promedio, 17.2 puntos, 4.9 asistencias y 4 rebotes por encuentro.
Quizás, el mejor partido en la carrera de White fue el quinto encuentro entre los Celtics y Phoenix Suns de las Finales de la NBA de 1976, que se decidió en tres prórrogas con un White espectacular anotando 33 puntos y repartiendo 9 asistencias, liderando la victoria de Boston por 128-126, y jugando la friolera de 60 minutos, solo Garfield Heard, de los Suns, con 61 minutos, jugó más que él. Para muchos, este fue el mejor partido de la historia de la NBA.


miércoles, 16 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "Clyde"

Walt Frazier nacía en Atlanta, Georgia. En una época de segregación racial, su único espacio para jugar al baloncesto era en una cancha de tierra. Mientras tanto, era el mariscal de campo del equipo de fútbol americano del colegio y jugaba de catcher en el conjunto de béisbol. Su talento para el deporte estaba por todos los niveles, pero a la hora de ir a la universidad, Frazier eligió el baloncesto porque "no hay mariscales de campo profesionales negros".

Su carrera en el baloncesto universitario, en la Universidad de Southern Illinois, fue de menos a más y a los 22 años fue fichado por New York Knicks en 1967, con la quinta elección del Draft de aquel año. La popular franquicia llevaba ocho años con balances negativos de victorias-derrotas, en una crisis muy parecida a la actual, pero con la llegada de Frazier y otros novatos como Bill Bradley y Phil Jackson, cambiaron bastante las cosas. Frazier y Jackson integraron el quinteto ideal de novatos y los Knicks ganaron 43 partidos de 80, un preludio de lo que vendría en la 1968-1969.

Frazier se estableció en la liga y dio un salto de calidad tremendo: 17,5 puntos, 7,9 asistencias y 6,2 rebotes por partido, con un 50% de efectividad en tiros de campo. Había un nuevo líder ofensivo en la ciudad, con manos rápidas a la hora de defender y una visión de campo sensacional para atacar. Para Phil Jackson, “Walt era el jugador con talento más altruista que he conocido”.

Frazier comenzaba a deslumbrar al exigente pero pasional público neoyorquino con su juego de ataque: "Walt fue el único jugador que vi al que describiría como un artista, que tenía una relación artística con el deporte", manifestó Bill Bradley. Además de entretener, Frazier hacía ganar partidos. Los Knicks terminaron con récord de 54 victorias y 28 derrotas en la 1968-1969, perdiendo en seis partidos la final de la Conferencia Este contra Boston Celtics, posterior campeón. De haber llenado el Madison Square Garden apenas seis veces en 22 años de historia, en esa temporada lo hicieron en 14 ocasiones. La NBA se había puesto de moda en la "Gran Manzana". Y lo mejor estaba por llegar.

A los 24 años, Frazier logró ser All-Star por primera vez, formó parte del quinteto ideal de la NBA y comandó a unos Knicks que ganaron 60 de los 82 partidos en la que hoy en día sigue siendo la mejor fase regular de la historia de la franquicia. En los Playoffs sufrieron en primera ronda con sus vecinos de Baltimore, a los que vencieron por 4-3, y en la segunda rueda tuvieron algo más de tranquilidad frente a Milwaukee: 4-1.

Los Knicks llegaban a sus cuartas finales de la historia y, como en sus intentos de 1952 y 1953, los Lakers serían el oponente. Con Wilt Chamberlain y en Los Angeles, en vez de con George Mikan y en Minneapolis, pero con el mismo potencial para oponer. Durante todas las Finales fueron intercambiando triunfos, llegando a quedar 3-3 antes del partido definitivo en el Madison Square Garden.

De ese séptimo partido se narra mucho la hazaña de Willis Reed oponiéndose a Wilt Chamberlain durante 27 minutos a pesar de tener una lesión importante, pero el que tomó el equipo por las astas con un Reed que hacía lo que podía fue Frazier: 36 puntos, 19 asistencias, siete rebotes y cinco robos, con 12-12 en tiros libres y 12-17 de campo. "Siempre buscaba a un compañero sin marca cuando estaba en la cancha, pero esa noche yo era el compañero sin marca. No hay dudas de que la temporada 1969-1970 fue el gran momento de mi carrera. Pienso en ese equipo cada día", comentó Frazier años después.

Frazier realizó una de las mejores actuaciones de la historia de un séptimo partido de una final NBA, demostrando que tenía el talento, pero también el temperamento, para lucirse en partidos así. "Willis Reed fue la inspiración, pero yo fui la devastación". 

En 1972 los Knicks caerían en las Finales ante los Lakers, ya con Frazier compartiendo mediacancha con Earl "The Pearl" Monroe, el escolta que tantos problemas les había causado en 1970 y que los había eliminado en 1971 con los Baltimore Bullets. La dupla de Frazier y Monroe fue llamada "la mediacancha Rolls Royce". Decían que por sus egos y necesidad de jugar con el balón no funcionarían, pero las dos estrellas le darían a los Knicks otro título. "Cuando Earl llegó al equipo, los aficionados dijeron que nunca funcionaría, que necesitaríamos dos balones en pista al mismo tiempo. Demostraron estar equivocados porque nos guardábamos un respeto mutuo obtenido de los tiempos en los que eran rivales y que la gente no conocía. Así que cuando llegó al equipo no tuvimos problemas. Cuando él tenía un gran partido yo le daba el balón y viceversa".

En la temporada de 1973 los Knicks se vengarían de los Lakers, con Clyde siendo fundamental tanto en temporada regular (21,1 puntos, 7,3 rebotes y 5,9 asistencias) como en las Finales, en las que se vio limitado a 16,6 tantos, 6,8 rebotes y 5,2 asistencias por partido, pero fue esencial para detener a Jerry West, dándole a los Knicks una fácil victoria por 4-1, en el que todavía sigue siendo su último campeonato. 

Recién en la temporada 1973-1974 se empezaron a llevar las estadísticas de los robos y los tapones en la NBA, pero a Clyde, que llegó a promediar 2,4 recuperaciones de balón en la campaña 1974-1975, sus contemporáneos lo destacan como un verdadero fuera de serie en ese costado. Según Bill Bradley: “No son sólo los robos de balón de Clyde, era la sensación que transmitía a los rivales de que lo iba a hacer otra vez y siempre que se lo propusiera”. "Sus manos eran más rápidas que la lengua de una lagartija", dijo un rival. "Lo mejor de Clyde son sus manos, su anticipación", manifestó Red Holzman, su entrenador. Frazier fue elegido siete veces consecutivas, entre 1969 y 1975, en el quinteto ideal de la NBA.

Mientras tanto, Frazier ya se había afirmado como una súper estrella en uno de los principales centros del mundo. Fue uno de los primeros atletas a los que una marca deportiva, Puma, le pagó para vestir un calzado, sus modernos y lujosos looks de vestimenta, con sombreros y tapados (su apodo de "Clyde" es porque utilizaba un sombrero como el del personaje de Warren Beatty en la película Bonnie And Clyde), llamaban la atención de todos y encima adentro de la cancha se movía como el bailarín con la mayor gracia del mundo. Clyde formó parte de varios equipos All-NBA más hasta 1975, año en el que fue premiado como MVP del All-Star Game realizado en Phoenix al anotar 30 tantos.

Sin embargo los Knicks, ya sin la presencia de Willis Reed en la pintura, empezaron a perder el camino del éxito y no clasificaron para los Playoffs en 1976 y 1977 y Frazier, probablemente el mejor jugador de la historia de la franquicia, fue traspasado a Cleveland a los 30 años a cambio del joven Jim Cleamons, que apenas duró dos años en el equipo de Manhattan. Las páginas de Clyde en New York se cerraron con 759 partidos jugados, 14.617 puntos y 4.791 asistencias, siendo la última cifra un récord de franquicia que aún persiste.

Con 19,3 puntos, 6,3 asistencias y 6,1 rebotes de promedio por partido, además de los dos anillos logrados, no quedan dudas de lo que Frazier significó para los Knicks. En boca de un fanático sexagenario como el cineasta Spike Lee, el hincha de los Knicks más famoso: "Empecé a ver a los Knicks en el año 1968 y queria ser como Frazier, que nació en Atlanta como yo, era mi héroe".

Hubo muchos bases legendarios en la NBA, pero sólo alguien como Frazier pudo serlo en New York, al mismo tiempo que era un icono cultural y que ganaba campeonatos. Por eso es un mito allí y su camiseta número 10 cuelga del techo del Madison Square Garden. 



 

jueves, 10 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "The Wizard"

El zumbido de la celebridad nunca pareció atraer al rápido Bing, que sobresalió en una era de la NBA rica en leyendas de backcourt, que incluían a Jerry West, Oscar Robertson y Walt Frazier.

En nueve temporadas con los Detroit Pistons, dos con los Washington Bullets y una con los Boston Celtics, Bing acumuló 18.327 puntos, 5397 asistencias y 3420 rebotes, en 901 concursos (20.3, 6 y 3.8 de media respectivamente). Sus esfuerzos le valieron un lugar en el equipo de todos los tiempos del 50 aniversario de la NBA, el Novato del Año de la liga en 1967, dos veces en el Primer Equipo de la NBA y una en el Segundo, y jugó en siete All Stars (MVP en el 76). En su segunda temporada, 1967-68, lideró la NBA en anotación con 27,1 puntos por partido.

Sin embargo, más notable que sus logros profesionales es el hecho de que Bing encontró la voluntad de jugar durante siete temporadas, después de sufrir una devastadora lesión ocular, un contratiempo que sus médicos asumieron que cortaría una carrera brillante. Y está el hecho de que Bing, un niño de pobre que firmó su primer contrato profesional por sólo 15.000 dólares al año, siguió su carrera en la NBA construyendo su propio negocio de acero, de 60 millones de dólares por año, en Detroit y convirtiéndose en un líder cívico.
En la elección de Bing en 1990 al Salón de la Fama del Baloncesto, Oscar Robertson presentó a su antiguo rival, diciendo: "Dave es el ejemplo perfecto de profesionalismo, clase, dignidad y humanidad. A él le importa. Se involucra con el mundo".
A la edad de cinco años, para improvisar un juego de "horse", encontró dos palos, los clavó juntos, pero tropezó y un clavo se hundió en su ojo izquierdo. Una operación lo salvó, pero Bing sufrió una visión difusa en ese ojo desde entonces.
La lesión no fue el único obstáculo que encontró para jugar al baloncesto. Los niños mayores lo alejaron de las canchas en los patios de la escuela, porque era demasiado pequeño, así que Bing inicialmente se concentró en el béisbol. En la Escuela Secundaria Spingarn, de Washington, sin embargo, fue alentado por el entrenador de baloncesto William Roundtree, quien se convirtió en un segundo padre. 

Aunque sus habilidades atrajeron el interés colegial de potencias como UCLA y la Universidad de Michigan, Bing eligió Syracuse, en parte, porque dudaba de sus propias habilidades y pensó que sus posibilidades de destacarse en la universidad, serían mejores en un programa de baloncesto de menor perfil.

El rendimiento de Bing en Siracusa no era de bajo perfil. En tres temporadas promedió 24.6 puntos, ganando honores All-America como senior. Los Detroit Pistons vieron un filón, y lo convirtieron en la segunda selección general en el Draft de la NBA de 1966 (detrás de Cazzie Russell).
El debut de Bing en la NBA fue poco llamativo. Falló sus seis primeros tiros y registró el primer partido sin anotar de su vida. Dos semanas más tarde, se le dio la oportunidad de comenzar de titular por primera vez y rápidamente conectó sus primeros ocho tiros. A la noche siguiente anotó 35 puntos. Bing estaba corriendo a una temporada de 1.601 puntos en 1966-67, lo que lo convirtió en el sexto novato en la historia de la NBA en superar los 1.600 puntos. Anotó 20,0 puntos por partido y fue nombrado Novato del Año de la NBA.
Al año siguiente superó a superestrellas como Elgin Baylor y Wilt Chamberlain, para liderar la liga en anotación con 2.142 puntos y un promedio de 27,1. Bing fue el primer base en liderar la lista en 20 años (desde Max Zaslofsky, de los Chicago Stags, de la Basketball Association of America, en 1947-48). El súper jugador de segundo año, incluso logró sacar a Jerry West, de los Lakers, del All-NBA First Team esa temporada.

Bing alcanzó su apogeo en 1971, cuando el ex jugador y scout de los Pistons, Earl Lloyd resumió sus habilidades para la revista Sport: "Tal vez algún otro jugador lo hace mejor, y otro jugador lo hace mejor. Pero nadie hace tanto como Dave".
Para entonces, Bing había sido nombrado capitán de los Pistons por su liderazgo dentro y fuera de la cancha. Su compañero de equipo Bob Quick dijo: "Si Dave no fuera el capitán, seguiría siendo el líder del equipo". Su compañero de equipo Otto Moore agregó: "Si las cosas van mal, Dave te impide bajar la cabeza. Puede correr, regatear, disparar, hacer todo. Si jugara 48 minutos, lideraría la liga en anotación". Bing estuvo cerca en 1970-71, acumulando 2.213 puntos y anotando 27,0 puntos por partido.

Pero en la víspera de la temporada 1971-72 Bing, con la visión ya limitada por la lesión de la infancia en su ojo izquierdo, estuvo muy cerca de perder la vista en su ojo derecho por completo, y con ella su brillante carrera. Jugando un partido de pretemporada contra los Los Lakers, Happy Hairston, alero del equipo angelino, golpeó con un dedo en la pupila derecha de Bing, provocándole un corte.
A pesar del intenso dolor, Bing inicialmente pensó que sólo había sufrido un rasguño, e incluso comenzó la temporada unas noches más tarde. Pero a la mañana siguiente se despertó para encontrar su visión seriamente atenuada. Bing corrió al hospital y se le dijo que su retina se había desprendido parcialmente; se sometió a una cirugía al día siguiente y pasó tres días en total oscuridad con los ojos vendados.
Marginado durante tres meses, Bing ignoró las advertencias de los médicos de que volver a jugar pondría su visión en riesgo. Aunque su visión periférica estaba permanentemente deteriorada y las brillantes luces de una cancha de baloncesto podían hacer que su vista se difuminase, regresó a la alineación titular de los Pistons a finales de diciembre de 1971 y anotó 21 puntos contra los New York Knicks en su primer partido de vuelta. A pesar del tiempo de juego perdido esa temporada, Bing logró promediar 22,6 puntos en 45 partidos.
Frustrado después de nueve temporadas con Detroit, Bing volvió a buscar la oportunidad de jugar en su ciudad natal. Los Pistons acomodaron su solicitud antes de la temporada 1975-76, traspasándolo a los Washington Bullets. La reunión con su ciudad natal no resultó triunfante. Aunque Bing tuvo un breve momento más de júbilo, ganando honores de MVP en el Juego de Estrellas de la NBA de 1976, sus dos temporadas con las Balas estuvieron marcadas por un juego encorsetado y las crecientes luchas con su visión. Su producción se hundió en un mínimo de 10,6 puntos por partido en 1976-77, y Washington lo despidió al final de la temporada.

Pero aún no estaba listo para colgar sus botas, y Bing jugó una temporada más con los Boston Celtics, sirviendo como sexto hombre y apareciendo en 80 partidos con un promedio de 13.6 puntos por partido. Finalmente se retiró después de la campaña 1977-78.
Lo que mejor hizo, explicó una vez, fue llevar el balón a la canasta. Robaba el balón, regateaba hacia el aro, driblaba a un grupo de defensores, saltaba y anotaba o, de repente, alimentaba a Bob Lanier u otro compañero abierto.

Bing regresó a Detroit y lanzó Bing Steel en 1980. Una década más tarde, la firma había crecido a ventas anuales de 61 millones de dólares, lo que la convierte en la décima compañía industrial de propiedad afroamericana más grande del país. Adquirió Superb Manufacturing, una empresa de metal de 28 millones de dólares al año, así como una pequeña empresa de construcción.

Como colofón, fue elegido como alcalde de Detroit en noviembre de 2009, antes de optar por no presentarse a la reelección en 2013.


martes, 8 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "Len"

"Siempre he creído que necesitas equilibrio. No es que no quiera una estrella - siempre voy a tomar una estrella - pero incluso si usted tiene una estrella, es importante rodearlo con el tipo correcto de jugadores complementarios ". Siempre puso al equipo por delante de las individualidades. Ese era su principal valor.

La fórmula de Wilkens ha tenido éxito más allá incluso de sus sueños. El 6 de enero de 1995, en su 22ª temporada de la NBA como entrenador, Wilkens se convirtió en el entrenador más ganador en la historia de la NBA, con la victoria número 939 superó a la leyenda de los Boston Celtics, Red Auerbach. La victoria clave llegó cuando los Hawks de Wilkens derrotaron a Washington 112-90 en el Omni en Atlanta.

Wilkens alcanzó otro hito el 1 de marzo de 1996 cuando sus Hawks derrotaron a los Cleveland Cavaliers 74-68, lo que lo convirtió en el primer entrenador en la historia de la NBA en registrar 1.000 victorias en temporada regular. Después de 30 temporadas como entrenador de la NBA, Wilkens dejó el banquillo en la campaña 2002-03, después de entrenar a los Toronto Raptors. Había dirigido 2.046 partidos de temporada regular, 164 partidos de playoffs y cuatro Juegos de Estrellas de la NBA, lo que lo convirtió en el único entrenador jefe en la historia de la NBA con más de 2.000 partidos en su haber.

Entre sus trofeos están el campeonato de la NBA de 1979 con los Seattle SuperSonics y un premio al Entrenador del Año en 1994 con los Atlanta Hawks. Estos y otros logros, a menudo eclipsan sus hazañas, igualmente impresionantes, como jugador. En 15 temporadas como base para los St. Louis Hawks, Seattle SuperSonics, Cleveland Cavaliers y Portland Trail Blazers, Wilkens acumuló 17.772 puntos, 7.211 asistencias y nueve viajes al All Star de la NBA.
Wilkens jugó durante tres años en la Universidad de Providence, en los cuales promedió 14,9 puntos y 7,3 rebotes a pesar de su corta estatura (1,85). Las habilidades defensivas que había adquirido cuando era adolescente en Nueva York, comenzaron a atraer la atención. Fue dos veces elegido en el mejor quinteto del país.
Los St. Louis Hawks seleccionaron a Wilkens en la primera ronda del Draft de la NBA de 1960, en sexta posición. Incluso entonces, no estaba seguro de querer jugar en la NBA. No vio su primer partido de la NBA hasta después de haber sido seleccionado. Después de asistir a un enfrentamiento entre Celtics y Hawks, decidió que podía jugar mejor que los bases que tenían los Hawks en ese momento. Así que Wilkens fue al campo de entrenamiento y, por supuesto, se ganó un lugar en la alineación titular. Ese mismo año, disputó la final (con derrota) contra Boston Celtics.
En la temporada 1962-63, Wilkens continuó su desarrollo como un creador de juego confiado e inteligente. Anotó 11,8 puntos y 5,1 asistencias por partido ese año, e hizo su primera aparición en el All Star Game. 
Guió a los Hawks a seis apariciones consecutivas en los playoffs a partir de 1963, pero St. Louis no regresaría a las Finales de la NBA. Wilkens, cinco veces All-Star durante esas seis temporadas, tuvo su mejor campaña en 1967-68, promediando 20 puntos y 8.3 asistencias por partido y terminando segundo en la votación, tras Wilt Chamberlain, para el Premio al Jugador Más Valioso de la NBA.
Sin embargo, después de esa temporada, los Hawks cambiaron a Wilkens a Seattle por Walt Hazzard. Los Sonics estaban entrando en su segunda temporada en 1968-69, y Wilkens les ayudó a un respetable récord de 30-52 al promediar 22.4 ppp y 8.2 app.
Antes de la temporada 1969-70, el gerente general de Seattle, Dick Vertlieb, le pidió a Wilkens que se convirtiera en jugador-entrenador. Como Wilkens recordó en el Boston Globe casi 25 años después, "Fuimos dando vueltas y vueltas. Le dije que no al principio. Finalmente decidí, ¡que diablos!, no tenía nada que perder; lo intentaría y vería si me gustaba. Todo el mundo siempre decía que era como un entrenador en la pista, de todos modos".

En su primer año como jugador-entrenador, Wilkens describió el doble trabajo como "una novedad". En su tercer año, los Sonics habían registrado un récord de 47-35 para superar la marca del 50% por primera vez en la historia de la franquicia. Continuó brillando como jugador, liderando la liga en asistencias totales en 1969-70 y 1971-72. Pero a medida que la "novedad" le desgastaba, Wilkens comenzó a sentir la tensión.
"Empecé a darme cuenta de que tenía que hacer mucho más para entrenar con éxito". "Después de un tiempo, habíamos empezado a hacer más cosas dentro de la liga, cada vez éramos más sofisticados. Y estábamos descubriendo que los jugadores jóvenes estaban llegando y que realmente no conocían el juego. Así que eso requirió mucha enseñanza, ayudarles a entender las situaciones, y comencé a darme cuenta, después de un tiempo, que no podía hacer ambas cosas".
En 1972 llegó su traspaso a Cleveland. Antes de la llegada de Wilkens, la ofensiva de Cleveland generalmente consistía en cinco hombres que se quedaban parados hasta que el tiempo en el reloj de 24 segundos casi había expirado, momento en el que alguien tiraba un tiro cuestionable. Sin embargo, con Wilkens dirigiendo la acción, los ataques se volvieron más nítidos.
Wilkens representó a los Cavaliers en el Juego de Estrellas de la NBA de 1973, durante una temporada en la que promedió 20,5 ppp y 8,4 app. 
Concluyó su carrera como jugador con los Portland Trail Blazers durante la temporada 1974-75, una vez más seducido por el doble papel de jugador-entrenador. Pero esta vez sabía que su desempeño como base, no era un sustituto de su papel como profesor, lo que exigía mucho más de su tiempo. "Me di cuenta de que tendría que empezar a centrarme más en el papel del entrenador para tener éxito en ello".
Durante los 15 años de Wilkens como jugador en la NBA, anotó 17.772 puntos para un promedio de 16,5 ppp, entregó 7.211 asistencias, 6,7 app y cogió 5030 rebotes, 4,7 de promedio. Se encuentra entre los líderes de todos los tiempos en asistencias, partidos jugados, minutos jugados y tiros libres transformados. Fue MVP del All Star de 1971, partido en el que participó en nueve ocasiones.
Después de retirarse como jugador, Wilkens se quedó con los Blazers para entrenar una temporada más, guiando a un equipo liderado por Bill Walton a un récord de 37-45 en 1975-76. 
Wilkens regresó a Seattle en mayo de 1977, como General Manager. Pero tras 22 partidos en la temporada 1977-78, con los Sonics en 5-17 bajo la dirección de Bob Hopkins, Wilkens se trasladó al papel de entrenador principal. Luego diseñó un cambio notable, guiando al equipo a las Finales de la NBA esa temporada, que perdieron ante Washington 4-3, y luego a un campeonato de la NBA al año siguiente, al derrotar al mismo equipo de Washington Bullets liderado por Elvin Hayes y Wes Unseld. Usando una filosofía orientada al equipo, Wilkens fabricó un club de campeonato a partir de una unidad competente, pero poco espectacular, que incluía a Gus Williams, Dennis Johnson, Jack Sikma, Fred Brown, John Johnson y Lonnie Shelton.
"Todavía recuerdo cuando me hice cargo de ese equipo. Había escuchado a los gerentes generales y a otras personas decir que fue el peor equipo de la historia. Y cuando les di la vuelta, de repente todos dijeron: 'Bueno, todos sabíamos que tenían el talento"".
Wilkens permaneció en Seattle como entrenador en jefe y director del personal de los jugadores hasta la temporada 1984-85, guiando a los Sonics a los playoffs en seis de ocho años. 
Posteriormente, entrenó a Cleveland Cavaliers, Atlanta Hawks, Toronto Raptors y New York Knicks. También fue asistente de Chuck Daly en el Dream Team de 1992, y entrenó a la selección USA en los Juegos Olímpicos de 1996.



domingo, 6 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "Mr. Triple Doble"

Jerry West: "Oscar Robertson nunca fue un Rookie. Fue la vara de medir de como un jugador debería jugar"... Jerry Lucas: "Era increíble, un adelantado a su tiempo, no ha habido un jugador tan completo como él”... Bill Russell: "Oscar Robertson ha sido uno de los grandes líderes dentro del baloncesto y su vida una de las grandes historias del baloncesto"... Red Auerbach: "Oscar es tan bueno que asusta"... Jason Kidd: "Cada vez que entro en la cancha estoy persiguiendo la leyenda de Oscar Robertson".

"The Big O" era un base de 1.96 de estatura que se adelantó a su tiempo. Un jugador del siglo XXI en plena década de los 60.

Oscar Robertson sumó la cifra de 181 triples-dobles (récord NBA) en los 1040 encuentros de regular season que disputó en su carrera. Un triple-doble cada ¡5.7 encuentros jugados!.

Pero fue en la 1961-62, cuando firmó unos superlativos 30.8 puntos, 12.5 rebotes y 11.4 asistencias por encuentro (con nada menos que 41 triples-dobles sumados en aquella campaña, cifra récord en la NBA).

Pero es que si miramos sus estadísticas, comprobaremos que en sus cinco primeras temporadas, estuvo a décimas de promediar un triple doble cada una de ellas: Temporada rookie (1960-61), promedios de 30,5 puntos, 10,1 rebotes y 9,7 asistencias... Temporada 1961-62, triple doble de promedio mencionado anteriormente... Temporada 1962-63, promedios de 28,3 puntos, 10,4 rebotes y 9,5 asistencias... Temporada 1963-64, promedios de 31,4 puntos, 9,9 rebotes y 11 asistencias... Temporada 1964-65, promedios de 30,4 puntos, 9 rebotes y 11,5 asistencias... Realmente alucinante.


Oscar estudiaría en el instituto de Attucks, un centro educativo sólo para afroamericanos, donde pudo demostrar su gran habilidad, llevando a su equipo en su primer año a los cuartos de final del campeonato estatal que finalmente ganaría la escuela de Milán, historia que fue la base de la película Hoosiers protagonizada por Gene Hackman en 1986. Posteriormente ganaría dos campeonatos estatales consecutivos en 1955 y 1956, siendo la primera ocasión en la que una escuela con todos sus jugadores negros ganaba un campeonato del estado de Indiana.

Su carrera universitaria se saldó con 14 records de la NCAA. Durante los tres años que pasó jugando para la Universidad de Cincinnati, llevó al equipo a un récord positivo de 79 victorias por 9 derrotas y a dos Final Fours, pero nunca se hizo con el título. No obstante, fue el máximo anotador del país durante tres campañas consecutivas, con un promedio de 33.8 puntos (record histórico de puntos de la NCAA en ese momento), 15,2 rebotes y 7,1 asistencias. Añadan que fue tres veces consecutivas miembro del Primer Equipo All-American, 3 veces Jugador Universitario del Año por Sporting News, 3 veces UPI College Basketball Player of the Year y dos veces el United States Basketball Writers Association (trofeo que actualmente lleva su nombre y es conocido como Oscar Robertson Trophy).

Su carrera amateur no solo le vio dominar el campeonato universitario, ya que durante aquella etapa de su vida, representando a su país, se hizo con el Oro en los Juegos Panamericanos de 1959 celebrados en Chicago y las Olimpiadas de 1960, celebradas en Roma. Robertson compartió equipo con Jerry West, Jerry Lucas, Bob Boozer o Walt Bellamy. En su momento se dijo que aquella selección de amateurs era la de mayor talento de la historia.
 
Elegido por los Cincinnati Royals en el nº1 del draft de 1960, ese mismo año se hacía con el premio a Rookie del Año y era incluido en el Mejor quinteto de la NBA. También hizo su primera aparición en un All Star Game, del que además fue elegido MVP.

La temporada siguiente fue esa en la que escribió su nombre con letras de oro 
en la historia de la NBA al promediar un triple doble en una temporada completa.

Los años siguientes, "The Big O" siguió con sus grandes actuaciones, pero a pesar de tener compañeros de la talla de Jack Twyman, Jerry Lucas, Wayne Embry o Adrian Smith, siempre se topaban con los irreductibles Celtics de Bill Russell, que les impedían acceder a las finales.

Así, en la temporada 1969-70, después de un par de años malos en los que el equipo no se clasificó para los playoffs, los dueños de la franquicia contratan a Bob Cousy de entrenador, llegando éste incluso a vestirse de corto durante siete partidos, a fin de atraer al público al pabellón.

A comienzos de la temporada 1970-71, y contra todo pronóstico, Robertson es traspasado a los Milwaukee Bucks. Sin embargo, el traspaso fue providencial para el veterano de 32 años. Allí se encontraría con un joven Lew Alcindor (Kareem Abdul Jabbar), que dominando el poste bajo y con él dirigiendo el equipo, consiguieron acabar la temporada regular con 66 victorias y 16 derrotas, la mejor marca de la liga, incluida una racha de 20 victorias consecutivas, en aquel año récord de la NBA. Culminaron su excelente temporada con un dominante balance de 12 victorias y 2 derrotas en los Playoffs, arrollando en la final a Baltimore Bullets por 4 a 0. Por primera vez en su carrera conseguía un título del nivel de la NCAA o de NBA.

A pesar de su edad, ya con 33 años, siguió demostrando que era una pieza clave para su equipo. Junto con Abdul-Jabbar, ganó dos títulos más de división en 1972 y 1973. En su última temporada como profesional tuvo la oportunidad de redondear su carrera deportiva con un segundo anillo de campeón, llegando a las Finales de 1974, pero en ellas se encontraron con los Boston Celtics y con un muy inspirado Dave Cowens, perdiendo por un ajustado 4-3. Como testamento de su importancia en los Bucks, en la siguiente temporada, ya con Robertson retirado, los Bucks ocuparon la última plaza de su división, con un balance de 38 victorias y 44 derrotas, todo ello a pesar de seguir contando con Abdul-Jabbar.

Se retiró promediando 26,7 puntos, 7,5 rebotes y 9,5 asistencias a lo largo de 14 temporadas. También fue elegido en el mejor quinteto de la liga en 9 ocasiones consecutivas, Rookie del año en 1961, fue MVP en 1964, seleccionado 12 veces para el All Star, del que fue 3 veces MVP (61, 64 y 69), lideró la liga en asistencias durante 8 temporadas, fue una vez máximo anotador de la temporada (1968) y se convirtió en el primer base en liderar a su equipo en rebotes (1962).

Lo que no muchos saben, es que una de las mayores contribuciones de Oscar Robertson al baloncesto la realizó fuera de las canchas. A pesar de ser el precursor del movimiento fadeaway y pavimentar el camino a los bases altos, su gran contribución a la NBA fue el Oscar Robertson suit, un movimiento en favor del derecho de la competencia contra la liga. En dicho movimiento se propuso la fusión de la ABA y la NBA, la revisión de la estructura del Draft de la NBA y la creación de los hoy en día denominados agentes libres. Hasta ese momento, los clubes eran los propietarios en exclusiva de los jugadores, los cuales tenían prohibido hablar con otros equipos mientras tuviesen contrato en vigor.

Para Kareem Abdul Jabbar no hay duda, el mejor jugador de la historia del baloncesto fue sin lugar a dudas Oscar Robertson: "LeBron es alucinante, Jordan lo era, pero yo creo que Oscar Robertson hubiera pateado el culo a los dos. Sin duda alguna Oscar era increíble. Él tenía cabeza… y todas las habilidades que hay que tener. Podía rebotear sobre jugadores mucho más altos. Tenía mucha resistencia, jugaba fluido y con agilidad. No se desvanecía, entendía el juego y hacía su trabajo bien todas las noches. ¿Quién podría promediar dobles figuras en puntos, asistencias y rebotes?"


sábado, 5 de diciembre de 2020

Top 20 NBA (Bases): "El Bulldog"

 La consistencia —dijo Hal Greer una vez: "Para mí, esa era la cosa... Me gustaría ser recordado como un gran y consistente jugador".

De hecho, regularidad y consistencia fue lo que caracterizó a este fino estilista en el transcurso de sus 15 temporadas como profesional. Entregó actuaciones de calidad casi todas las noches, promediando 19,2 puntos por partido, 5 rebotes y 4 asistencias en los 1.122 partidos que disputó durante su carrera.

Permaneció con la misma franquicia a lo largo de su carrera, comenzando con Syracuse en 1958 y luego moviéndose con los Nacionales cuando se convirtieron en los Philadelphia 76ers en 1963. Fue All-Star durante 10 temporadas consecutivas y siete veces miembro del Segundo Equipo de la NBA. También fue el segundo máximo anotador en el equipo campeón de 1967, tras Wilt Chamberlain.

Harold Everett "Hal" Greer creció en Huntington, Virginia Occidental. Fue el primer afroamericano en recibir una beca en la Universidad Marshall. Promedió 19,4 ppp en sus tres temporadas allí. Fue elegido All-America en 1958. Después de ser seleccionado por los Syracuse Nationals en la segunda ronda del Draft de la NBA de ese mismo año, Greer llegó a su primer campo de entrenamiento como un chico flaco que carecía de confianza.

"No pensé que tuviera la oportunidad de llegar a la NBA", recordó Greer. "De hecho, cuando llegué allí por primera vez, ni siquiera desempaqué mi bolso."

Pero en su primera temporada, Greer ya mostró las habilidades que eventualmente lo convertirían en una estrella: un tiro en suspensión mortal, penetraciones rápidas a canasta y defensa tenaz.

En 1959-60, Greer tiró con un porcentaje del 47,6%, para colocarse en segundo lugar en la liga (siendo un jugador exterior). Syracuse terminó con un récord de 45-30, pero fue eliminado en la primera ronda de los playoffs por los Philadelphia Warriors.

En 1960-61, su tercera temporada en la NBA, Greer pasó a un papel de titular y emergió como una estrella. Elevó su producción a 19,6 ppp y ganó su primer viaje al Juego de Estrellas de la NBA. Ocupó el segundo lugar en el equipo en anotación tras Dolph Schayes, que promedió 23,6 puntos. Los Nacionales pasaron por las semifinales de la División Este, pero fueron demolidos en la final de la división por los Boston Celtics, ganando sólo un partido.

Greer promedió 22,8 puntos al año siguiente, sumando 7,4 rebotes y 4,4 asistencias por concurso. Con lesiones que limitaban a Schayes a 56 partidos, Greer se hizo cargo del equipo. Ocupó el puesto 13 en la NBA en anotación y noveno en porcentaje de tiros libres (81,9). En el Juego de Estrellas de la NBA de 1962, Greer acumuló nueve asistencias más que el legendario Bob Cousy y agarró 10 rebotes, sólo dos menos que otra leyenda, Bill Russell. Greer llevó a los Nacionales a los playoffs, donde cayeron ante los Warriors en las semifinales de la División Este.

Greer irrumpió en las filas de los 10 mejores anotadores de la NBA en 1962-63 al obtener 1.562 puntos, un promedio de 19,5 por partido. También tuvo el quinto mejor porcentaje de tiro libre en la liga con 83,4%. Como reconocimiento de su excelente actuación ofensiva, Greer fue nombrado para el Segundo Equipo de la NBA al final de la temporada. Syracuse terminó segundo en la División Este con un récord de 48-32, pero perdió ante los Reales de Cincinnati en las semifinales de la división.

Los Nacionales cambiaron de propiedad después de la temporada 1962-63 y se mudaron a Filadelfia para el comienzo de la 1963-64, para renacer como los Philadelphia 76ers. El nuevo entorno parecía adaptarse a Greer muy bien. Se estableció en un tramo de siete años en el que promedió al menos 20 ppp en cada temporada. Estuvo en el Segundo Equipo de la NBA en seis de esos años y jugó en el Juego de Estrellas en las siete campañas. La producción de Greer fue ayudada por la llegada de WIlt Chamberlain durante la temporada 1964-65. "Cuando tienes a Wilt, no trabajas tan duro para conseguir tu oportunidad", dijo Greer.

Si Chamberlain era el tipo al que había que seguir, entonces Greer era su mariscal de campo, el hombre que hizo que la acción sucediera. Pero no era llamativo ni extravagante y no atrajo mucha atención de los medios de comunicación. De hecho, un escritor deportivo del Herald-Tribune afirmó que "si se diera un premio para el jugador más respetado por los expertos en baloncesto, mientras que consigue el mínimo aprecio público, Greer podría ganar sin levantar la mano".

Uno de los puntos fuertes de Greer fue su tiro en suspensión. Su lugar favorito para anotar era la parte superior de la bombilla. Su entrenador Alex Hannum, dijo que Greer podría meter ese tiro alrededor del 70 por ciento de las veces y lo animó a hacerlo cada vez que tuviera la oportunidad. "La rapidez de Hal le permite liberarse para obtener el espacio que necesita en el momento justo", dijo Hannum. "Es tan bueno en su jumper que te sorprendes cuando falla."

Greer jugó un papel importante en lo que muchos sienten que fue el mejor equipo de todos los tiempos, los Philadelphia 76ers 1966-67. Ese equipo, que también incluía a Chamberlain, Chet Walker, Billy Cunningham, Wally Jones y Lucious Jackson, hizo un récord de 68-13, el mejor en la historia de la liga en ese momento.

Los Sixers, que ganaron 45 de sus primeros 49 partidos, barrieron a través de los playoffs, derrotando finalmente a los San Francisco Warriors en seis partidos en las Finales de la NBA de 1967. Para la temporada, Greer contribuyó con 22.1 ppp, segundo tras Chamberlain's 24.1. Pero en los playoffs, su juego se intensificó y su promedio subió a los 27.7 ppp.

"Fue una hermosa, hermosa temporada", dijo Greer. "Lo teníamos todo. Sabíamos que íbamos a ganar la mayoría de nuestros juegos, era sólo una cuestión de cuántos".

Greer tuvo la mejor temporada individual de su carrera el año siguiente. Tiró con el mejor porcentaje de su carrera en tiros de campo con un 47,8% de acierto, y promedió 24.1 ppp, quinto mejor en la NBA. En el Juego de Estrellas de la NBA de 1968, hizo 8 de 8 en tiros de campo y 5 de 7 intentos de tiro libre, en sólo 17 minutos, para llevar al Este a una victoria por 144-124 en el Madison Square Garden. Sus 21 puntos incluyeron un récord de 19 en un cuarto y le valieron el premio MVP del partido.

Los Sixers tuvieron otro año sensacional en 1967-68, terminando con un récord de 62-20, ocho partidos por delante de Boston en la División Este. Pero en la final de la división contra los Celtics, Filadelfia dejó escapar una ventaja de dos partidos, perdiendo ante Boston en siete partidos.

Filadelfia traspasó a Chamberlain a Los Angeles Lakers antes de la temporada 1968-69, y aunque los Sixers siguieron siendo competitivos, cayeron de la lucha seria por el título. Después de una temporada regular de 55-27, Filadelfia logró sólo una victoria en la postemporada. Cunningham (24,8 ppp) y Greer (23,1) captaron parte de la carga anotadora de Chamberlain, ocupando el tercer y séptimo lugar en la liga, respectivamente. Greer fue All-Star por novena temporada consecutiva y entró en el Segundo Equipo de la NBA por séptima vez (Los omnipresentes Oscar Robertson y Jerry West le impidieron acceder al primer equipo durante esos años).

Greer jugó su último All-Star en 1969-70, promediando 22.0 ppp para un equipo de los Sixers que cayó al cuarto lugar en la División Este. Todavía fuerte a pesar de su veteranía, Greer ayudó a la franquicia a su 12ª visita a los playoffs en sus 12 temporadas. Fue un viaje corto, sin embargo, ya que Filadelfia perdió ante los Milwaukee Bucks en una serie de semifinales de conferencia de cinco partidos.

Greer jugó tres temporadas más para los Sixers, su producción y tiempo de juego fue cayendo cada año. En su última temporada, 1972-73, Greer también sirvió como entrenador asistente del equipo. Dividió el tiempo entre el banquillo y la cancha, apareciendo en 38 partidos y promediando sólo 5,6 puntos. Al final de la temporada se retiró, poniendo fin a una ilustre carrera de 15 años como jugador. En el momento de su retiro, Greer había aparecido en más partidos (1.122) que cualquier otro jugador en la historia de la NBA. Sus 21.586 puntos se clasificaron entre los 10 primeros de todos los tiempos, al igual que los minutos jugados, los tiros de campo intentados y convertidos. Sus esfuerzos le valieron un lugar en el equipo de todos los tiempos del 50 aniversario de la NBA en 1996.

Greer creía que para tener éxito en la NBA un jugador tenía que seguir aprendiendo y ajustándose. El consejo que una vez dio a los jugadores jóvenes revela algo de su filosofía hacia el juego: "Cada jugador debe tratar de mejorar", dijo. "Cada partido, cada minuto, cada tiempo en la cancha, usted debe tratar de aprender algo diferente. Esa fue la forma en que hice las cosas".

Durante su discurso de inducción después de ser elegido para el Salón de la Fama del Baloncesto Naismith Memorial en 1981, Greer dijo que antes de entrar en la NBA en 1958 había cuatro cosas que había querido lograr en el baloncesto. Lo más importante era comprar un coche nuevo y brillante, del tipo con el que los jugadores que crecían en pequeñas ciudades a menudo soñaban. En orden descendente, los otros objetivos eran ser un All-Star, ganar un campeonato de la NBA, y entrar en el Salón de la Fama. Mientras que la mayoría de los jugadores de la NBA logran el primer objetivo de Greer con bastante facilidad, pocos logran incluso uno de los otros tres.

Greer, de manera sólida y trabajada, lo convirtió en virtud de una manera que incluso hoy, pocos jugadores podrían emular. "Hal Greer siempre venía a jugar", dijo Schayes después de que Greer fuera incluido en el Salón de la Fama. "Él siempre jugaba de la misma manera, en todos los equipos funcionaba de la misma manera. En cada autobús, avión y tren, llegaba a tiempo. Hal Greer era nuestro reloj. Él nos ponía las pilas".


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