miércoles, 28 de diciembre de 2016

Top 20: Los mejores pívots de la historia de la NBA (El Tren A)

La personalidad discreta y la forma de juego sin adornos de Artis Gilmore, supusieron que este jugador de 2.18 no recibiera la misma atención que otros grandes centers de su época. Considerado como uno de los hombres más fuertes que jamás jugaron baloncesto profesional, lo que sí era bien conocido por el resto de jugadores, es que no debían llevar el balón a las inmediaciones del aro si Gilmore estaba allí. Apodado "The A-Train", fue considerado como un gigante amable, pero a su vez, una fiera en la pintura. Gilmore fue uno de los pívots que más intimidaron en la ABA y la NBA durante las décadas de los 70 y los 80.

Tras dos años en el Gardner-Webb Junior College, en Carolina del Norte, Gilmore estaba listo para el gran momento, la Universidad de Jacksonville, más cerca de su familia. En su último año, en 1970-71, lideró a los Dolphins a un récord de 27-2 y a la final de la NCAA, aunque perdieron ante la UCLA de Henry Bibby y Sidney Wicks. En sus dos años en Jacksonville, Gilmore se convirtió en uno de los pocos jugadores universitarios en promediar al menos 20 puntos y 20 rebotes. Lideró al país en rebotes como junior y senior, y todavía tiene el promedio más alto de rebotes (22,7 rpp) en la División I de la NCAA.
 
Después de su exitoso periplo en la NCAA, llegó la lluvia de ofertas de la ABA y la NBA. Los Kentucky Colonels, de la ABA, querían conseguir a Artis Gilmore como fuese y estaban dispuestos a pagar una alta suma para ello. Al final, firmó con Kentucky un contrato de 10 años y 2,5 millones dólares (una cantidad altísima en aquella época). La inversión inmediatamente pagó grandes dividendos.

Gilmore se convirtió en una estrella al instante. Llevó a los Colonels a un 81% de victorias (68-16), ganó el Novato del Año y MVP de la liga, finalizó 10º en anotación (23,8 puntos por partido), primero en rebotes (17,8 rpp), primero en porcentaje en tiros de campo (59.8%) y fue nombrado All-Star (al igual que en sus cinco temporadas ABA). En los playoffs, sin embargo, cayó en primera ronda por 4-2 contra los New York Nets.

A pesar de que la ABA estaba en su apogeo cuando Gilmore llegó, y los nombres de las futuras estrellas de la NBA, como Julius Erving, George McGinnis, Dan Issel, Rick Barry, George Gervin, Spencer Haywood y David Thompson coronaban la parte superior de los gráficos estadísticos, Gilmore sería el protagonista mientras durara la liga.

Durante las siguientes cuatro temporadas, llevó a los coroneles a los playoffs cada año y en su carrera de cinco años en la ABA, jugó en cada partido (420 en total). Lideró a la liga en rebotes cuatro veces y en porcentaje de aciertos dos veces. También terminó entre los 10 primeros en anotación las cinco temporadas y estableció récords de la ABA en porcentaje en tiros de campo (55,7), total de tapones (1431), tapones durante una temporada (422 en 1971-72),  y rebotes en un juego (40 frente a Nueva York, el 3 de febrero de 1974). Jugó cinco All Stars, siendo MVP en 1974. Fue miembro del primer equipo de la liga en cinco ocasiones y cuatro del primer equipo defensivo. Disputó dos finales (1973 y 75) y ganó el título en 1975 al vencer a Indiana, siendo elegido MVP de las mismas. En el último juego de la serie, Gilmore había hecho 28 puntos y 31 rebotes.

La fusión ABA-NBA se dio tras la temporada 1975-76 y Artis Gilmore fue elegido por los Bulls en primera posición en el draft de dispersión, por delante de Maurice Lucas o Moses Malone. Los Bulls habían tenido la temporada anterior el peor balance de la liga (24-58), pero con la llegada de Gilmore, consiguieron llegar a la postemporada con un récord de 44-38 (ganaron 20 de los últimos 24 partidos). El pívot de Florida completó partidos para el recuerdo, como uno de ellos contra los SuperSonics en que hizo 32 puntos, 17 rebotes, 5 asistencias y 4 tapones. Terminó la temporada con promedios de 18.6 puntos, 13.0 rebotes y 2.5 tapones. 

En 1977-78, Gilmore hizo la primera de seis apariciones en el All-Star de la NBA y también ganó un puesto en el Segundo Equipo All-Defensive de la NBA. Pero los Bulls tuvieron un balance de 40-42 y no disputaron los Playoffs. Volverían a la postemporada una vez más durante los siguientes seis años en Chicago de Artis, con una breve aparición en los playoffs de 1981. 

Estadísticamente, por lo menos, Gilmore se mantuvo siempre entre los mejores. En seis años con los Bulls, promedió 19,9 ppp y constantemente estaba clasificado cerca de la cima de la liga en rebotes, tapones y porcentaje de acierto. Su porcentaje de 67% de tiros de campo en 1980-81, es la tercera más alta de todos los tiempos (Wilt Chamberlain es dueño de los dos primeros lugares).

Cansado de las críticas de los medios de Chicago, que lo acusaban de tener una actitud pasiva, después de la campaña 1981-82, el jugador, de 32 años, pidió ser traspasado. A diferencia de los Bulls, los Spurs ya eran un buen equipo cuando Gilmore llegó. Tenían al líder en anotación de la liga, George Gervin y San Antonio había ganado dos títulos de la División Central. Los Spurs repitieron como ganadores de la división en la 1982-83 , Gilmore repitió como líder de la liga en porcentaje de tiros de campo (62.6%) y volvió al All-Star. San Antonio avanzó a las finales de conferencia por segundo año consecutivo, pero perdió ante Los Angeles Lakers en seis partidos. Ese año Gilmore promedió 18 puntos y 12 rebotes por encuentro, lo que llevó a George Gervin a declarar: “Me encanta. Nunca he jugado con un pívot dominante antes y lo estoy disfrutando“.

En los años que siguieron, Gervin siguió anotando y Gilmore siguió haciendo lo que mejor sabía: rebotear, bloquear tiros, intimidar y anotar con precisión. Terminó entre los dos primeros en porcentaje de aciertos en cada uno de sus cinco años en San Antonio. En 1985-86, a los 36 años y con los Spurs terminando últimos en su división, Gilmore jugó en el All-Star Game por sexta y última vez.

Con los Spurs en clara decadencia, Artis Gilmore fue enviado de vuelta a Chicago tras la temporada 1986-87. Después de jugar 24 partidos con los Bulls en la 1987-88, fue cortado y luego firmó con Boston, donde terminó la temporada como suplente de Robert Parish. Artis Gilmore, el gigante tranquilo, se retiraba ese verano a los 38 años.

Fue uno de los pívots más dominantes de su época, sobre todo en el apartado defensivo, y con ello consiguió ser seleccionado para el All -Star Game en 11 de sus 17 años como profesional (5 veces en la ABA y 6 en la NBA) y su última selección para el Partido de las Estrellas fue a los 36 años. Registró un 59.9% TC en su carrera (porcentaje más alto de la historia), con al menos un 60% TC en seis temporadas diferentes y lideró la NBA en porcentaje de tiros de campo en cuatro ocasiones.

Después de 909 partidos de temporada regular, Gilmore abandonó la NBA con 15.579 puntos (17,1 ppp), 9.161 rebotes (10,1 rpp) y 1.747 tapones (1,9 tpp).

Durante sus cinco años en la ABA, consiguió 9.362 puntos (22,3 ppp), 7.169 rebotes (17,1 rpp) y un récord de liga de 1431 tapones (3,4 tpp).

Es uno de los 24 jugadores en anotar un total de 20.000 puntos, habiendo jugado en ABA y NBA, y el cuarto jugador con un mayor número de tapones en el baloncesto profesional (3.178).

Un año después de retirarse, Artis Gilmore volvió al baloncesto profesional y cruzó el Océano Atlántico para jugar en el Arimo Bolonia en 1988-1989, donde promedió 12.3 puntos y 11.0 rebotes y fue elegido para el European All-Star Team.

Durante su extensa carrera, que duró 17 temporadas entre la ABA y la NBA, Gilmore era conocido como un jugador rocoso y excepcionalmente regular, llegó a jugar 670 partidos consecutivos en una ocasión. Hablaba casi susurrando y era ciertamente extraño que se metiera en peleas o discutiera con los árbitros. En lugar de meterse en líos, el tímido Gilmore respondió a las críticas (se le tildaba de perezoso y con un estilo mecánico) con su férreo juego hasta el final de su carrera.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Top 20: Los mejores pívots en la historia de la NBA (El Gran Pelirrojo)

"El Gran Pelirrojo"... Muchos analistas y miembros de la prensa especializada aseguran que si no hubiera sido por la lesiones, Bill Walton podría haber sido el mejor center de todos los tiempos gracias a su capacidad ofensiva y defensiva, así como por su portentosa visión de juego.

Ya desde muy jovencito, con tan sólo 17 años, formó parte de la selección americana que acudió al Campeonato del Mundo de 1970.

Con posterioridad Walton, como buen californiano, se enroló en las filas de la prestigiosa universidad de UCLA, dirigida por el mítico John Wooden. Allí consiguió los títulos de 1972, ganando la final a Florida State, y de 1973 ante Memphis State. En éste partido, Bill Walton grabó su nombre en los libros de historia. Esa noche mágica, el gran pívot consiguió anotar 44 puntos en una serie de 21 lanzamientos de ¡22 intentos!. Durante su estancia en el centro, llevó a los Bruins a un récord de 86-4 y fue un miembro vital de los equipos de UCLA que ganaron 88 partidos consecutivos. Walton fue tres veces All-America, Jugador del Año tres años consecutivos y MVP de los torneos de la NCAA de 1972 y 1973. Terminó su carrera colegial con 1.767 puntos (20.3 ppp) y 1.370 rebotes (15.7 rpp).

Fue elegido número 1 del draft en 1974 por los Portland Trail Blazers, y ya en sus dos primeras temporadas se perdía más de la mitad de los partidos por lesiones varias. Comenzó a despuntar en la 1976-77, en la que fue seleccionado para el All-Star Game (que no disputó debido a una nueva lesión) y acabó la temporada regular siendo incluido en el Mejor Quinteto Defensivo y en el Segundo Mejor Quinteto de la NBA. En los playoffs, lideró a su equipo en la consecución del título de la Conferencia Oeste tras barrer a los Lakers en la final, tras una recordada defensa sobre la estrella del equipo angelino, Kareem Abdul-Jabbar. En las Finales de la NBA derrotaron a los favoritos, Philadelphia 76ers, por 4-2, a pesar de perder los dos primeros partidos, siendo nombrado MVP de las Finales.

Al año siguiente (1978) fue galardonado con el título de MVP de la temporada, siendo incluido de nuevo en el Mejor quinteto defensivo y el Mejor quinteto de la liga por primera vez. Además jugó su único All Star, en el que consiguió 15 puntos y capturó 10 rebotes.

Tras pasar en blanco toda la temporada 78-79, Bill Walton firma por los San Diego Clippers, el equipo de su ciudad, pero en 6 años en la franquicia, sólo puede disputar un total de 169 partidos (recordemos que cada temporada NBA consta de 82 encuentros de liga regular).

Después de diversas cirugías para recuperar su maltrecho pie y determinado a ganar un nuevo título antes de retirarse, se ofreció a los dos grandes de la liga, Los Angeles Lakers y los Boston Celtics, siendo éstos últimos los que se hicieron con sus servicios en 1985.

Walton jugó 80 partidos de liga regular aquel año, 13 más que el año que más encuentros había disputado. Jugando solamente 19,3 minutos por partido, promedió 7,6 puntos, 6,8 rebotes, 2,1 asistencias y 1,3 tapones cada noche. Consiguió además su mejor marca en porcentaje de tiros de campo, con un 56,2%, lo que le llevó a conseguir el galardón de Mejor Sexto Hombre de la NBA.

Así, en la temporada 1985-86, Walton conseguía su segundo anillo de campeón derrotando en la final a Houston Rockets y sus torres gemelas, Ralph Sampson y Hakeem Olajuwon, en 6 partidos.

A la edad de 34 años, Walton se retiró tras jugar únicamente 10 partidos de la temporada 1986-87. En el total de su carrera profesional, sólo pudo disputar un total de 468 partidos (de 1066 posibles).

Su compañero en Boston Kevin McHale dijo de él: "Ves a un tipo tan viejo como él, con el cuerpo más machacado de entre todos los deportistas, actuando como si fuera un chaval de instituto, y es algo divertido e inspirativo al mismo tiempo. Cada partido era un desafío, y nunca nos dejó que olvidáramos eso".

Como anécdota, comentar que Walton era un fanático del grupo musical Grateful Dead, hasta el punto de verlos en más de 800 conciertos, llegando incluso a tocar con ellos la batería en Egipto, en 1978.

Después de su retirada, se convirtió en uno de los analistas de partidos más carismáticos, lenguaraces y controvertidos de la televisión americana.



miércoles, 21 de diciembre de 2016

Top 20: Los mejores pívots en la historia de la NBA (Pies Grandes)

Durante su carrera de 14 años en la NBA con los Detroit Pistons y Milwaukee Bucks, Bob Lanier fue un modelo de consistencia. Como anotador, su gancho con la izquierda y su juego interior dominante lo convirtieron en uno de los hombres más temidos de su época. Los centers opuestos tenían que vigilarle de cerca porque tenía un juego exterior igualmente imponente. Su rango de tiro desde el perímetro lo convirtió en un verdadero anotador dentro/fuera.

Nacido en Buffalo en 1948, Lanier puso sus 211 centímetros a disposición de la Universidad de St. Bonaventure, donde fue tres veces All American (68, 69 y 70) y la llevó a disputar la Final Four de 1970. Irónicamente, una lesión de rodilla le impidió disputarla, acabando con las opciones de su equipo de ganar el campeonato. En sus tres años allí, promedió 27,6 puntos y 15,7 rebotes por partido.

Fue seleccionado en la primera posición del Draft de 1970 por Detroit Pistons, siendo nombrado en aquella temporada en el quinteto de los mejores rookies de la campaña. Disputó los 82 encuentros y acabó con un promedio de 15,6 puntos por partido.

Con su confianza y movilidad mejorando, Lanier subió a 25,7 ppp y 14,2 rpp en 1971-72. Jugó en su primer All Star de la NBA ese año.

Lanier presentó números impresionantes durante las siguientes cinco temporadas, promediando más de 22 puntos y 11 rebotes de 1973 a 1978. Los Pistons lograron meterse en playoffs en tres de esas temporadas, pero fueron eliminados en las primeras rondas cada vez.

A mediados de la temporada 1979-80, Lanier, cansado de perder, pidió ser traspasado. La inestabilidad gerencial contribuyó al problema. Durante las 10 temporadas que Lanier permaneció en Detroit, jugó para ocho entrenadores diferentes. "Siempre había diferentes ideologías", agregó, "diferentes filosofías y estilos, diferentes actores, un ajuste constante".

En Milwaukee, Lanier ayudó a conducir a los Bucks a cinco títulos de división consecutivos en la temporada regular, pero su mala suerte en los playoffs continuó. En 1980-81 los Bucks cayeron ante los Philadelphia 76ers en las Semifinales de la Conferencia Este. El juego 7 fue decidido por un solo punto. Dos años después, los Bucks llegaron a la final de conferencia nuevamente, y nuevamente cayeron ante a los 76ers. En 1983-84, el último año de Lanier, Milwaukee llegó a la final de la conferencia una vez más, pero fue eliminado por los Celtics de Boston.

"He logrado la mayor parte de los objetivos individuales que he soñado en este juego", confesaba el año en que se retiró. "Pero la recompensa final es ser campeones, y si no sabes lo que es ese sentimiento, creo que deja un vacío".

Bob Lanier fue ocho veces All Star, siendo MVP del partido en 1974. A lo largo de su carrera acumuló 19.248 puntos (20,1 ppp) y 9.698 rebotes (10,1 rpp). Todavía se encuentra entre los 20 primeros en los registros de la NBA.

Como anécdota, calzaba una talla de zapatos equivalente al 56 y medio en España. 



martes, 13 de diciembre de 2016

Top 20: Los mejores pívots en la historia de la NBA (El Bloque de Granito)

Aunque ahora esté de moda el concepto de "pívot bajo", hace muchos años (o no tantos), hubo uno que se desenvolvió a las mil maravillas en un mundo dominado por gigantes. Cuando todos los equipos poseían centers por encima de los 2,10 de estatura, surgió un raro espécimen que, con sus dos metros escasos, se atrevió a desafiar a la lógica y hacerse un hueco entre los grandes de la historia.

Nacido en Louisville, Kentucky, en 1946, Wes Unseld capitaneó a su equipo de instituto, Seneca High School, a ganar dos campeonatos estatales (1963 y 64). A su graduación, se quedó en su ciudad natal para asistir a la Universidad de Louisville. Durante sus años en la universidad se convirtió en uno de los mejores jugadores del país (como así lo atestiguan sus dos elecciones como NCAA All-American en los años 67 y 68). Lideró a Lousiville a 60 victorias por 22 derrotas los años que permaneció en la universidad, consiguiendo un promedio de 20.6 puntos y 18.9 rebotes por encuentro. Durante sus tres años universitarios fue el líder en rebotes de la Missouri Valley Conference.

Fue elegido en la segunda posición de la primera ronda del Draft de la NBA de 1968 por los Baltimore Bullets, y en su primera temporada consiguió un hito que hasta ese momento sólo Wilt Chamberlain había logrado: ser Rookie del Año y MVP de la liga en la misma temporada. También jugó el All Star. Sus promedios en liga regular fueron de 13,2 puntos y 18,2 rebotes.

Unseld tuvo un impacto inmediato en los Bullets, aumentando su récord a 57-25 (21 victorias más que el año anterior) y consiguiendo el primer lugar en la División Este. Hasta ese momento, los Bullets nunca habían tenido una temporada en positivo. Con Unseld tendrían 10 campañas ganadoras y harían 12 apariciones consecutivas en playoffs.

En la temporada 1970-71 lleva a su equipo a disputar su primera final, aunque caen derrotados ante los Milwaukee Bucks de Oscar Robertson y Kareem Abdul Jabbar en cuatro partidos.

Para la temporada 71-72, se une al equipo la estrella Elvin Hayes, procedente de Houston Rockets. Se da la curiosa circunstancia de que Hayes había sido elegido como nº1 del draft el mismo año que Wes Unseld, es decir, un puesto por encima.

Unseld formó un excelente tándem con Hayes, y en la temporada 1974-75, después de presentar un balance de 60-22 (única vez en la historia que los Bullets han conseguido 60 victorias) y vencer en los playoffs a Buffalo y Boston respectivamente, se presenta a sus segundas finales. Enfrente, los Warriors de Rick Barry que los derrotan en cuatro partidos. 

Pero el triunfo más grande de Unseld, vino en la temporada 1977-78. Nadie contaba con los Bullets, habían acabado la liga regular con una marca de 44-38, pero en los playoffs, Washington venció a los Hawks de Atlanta, los Spurs de San Antonio y los Philadelphia 76ers para llegar a sus terceras finales de la NBA.

En la final frente a Seattle Supersonics, los Bullets comenzaron perdiendo los dos primeros partidos. Lo que llevó al entonces entrenador Dick Motta a pronunciar la famosa frase: "La ópera no termina hasta que cante la gorda" (no se sabe si fue en referencia a Wes Unseld). Así, llegaron al séptimo partido y, por fin, Washington se alzó con el título. Unseld fue declarado MVP de las mismas.

La temporada siguiente (1978-79), Washington volvió a enfrentarse a Seattle en las finales (la cuarta con Unseld en el equipo), pero en esta ocasión la victoria cayó del lado de los Supersonics en cinco partidos.

Wes Unseld se retiró en 1981. A lo largo de su carrera (984 encuentros) consiguió un promedio de 10.8 puntos, 14.0 rebotes y 3.9 asistencias por partido. Disputó cuatro finales (1971, 75,78 y 79), cinco All Stars (1969, 71, 72, 73 y 75), fue MVP de la liga (1969), rookie del año (1969), MVP de las finales (1978), máximo reboteador de la liga en 1975 y máximo reboteador de la historia de la franquicia de Washington. Uno de los pocos jugadores de la historia que acumulan más de 10000 puntos y 10000 rebotes.

Posteriormente dirigió a los Washington Bullets desde el banquillo durante siete años (1987-94), con un récord de 202 victorias y 345 derrotas.

Wes Unseld no era alto, ni atlético, no jugaba para la galería, pero era muy fuerte, inteligente, rápido (a pesar de su peso) y tenía unas manos enormes.




viernes, 9 de diciembre de 2016

Top 20: Los mejores pívots de la historia de la NBA (Nate "El Grande")

Nathaniel "Nate" Thurmond, fue otro de los grandes centers perjudicados al coincidir en tiempo y espacio con Wilt Chamberlain, Bill Russell y Abdul Jabbar.

Natural de Akron (como las estrellas actuales Lebron James y Stephen Curry), en Cleveland, desestimó formar parte de la Universidad de Ohio State para no estar en el mismo equipo que su rival en la escuela secundaria, Jerry Lucas. Por contra, prefirió estudiar en la semidesconocida Bowling Green State, acabando su periplo universitario con unas medias de 17,8 puntos y 17 rebotes por partido y siendo All American en 1963.

Thurmond fue seleccionado por los San Francisco Warriors en el draft de 1963 con la tercera posición. Pasó su temporada de novato como aprendiz de Wilt Chamberlain, que había entrado en la liga con los Philadelphia Warriors en 1959 y luego se mudó con la franquicia a San Francisco en 1962. Mientras Chamberlain promedió 36.9 puntos y 22.3 rebotes en 1963-64, Thurmond tuvo números modestos en un tiempo de juego limitado. Aún así, sus 7.0 puntos y 10.4 rebotes por partido le valieron un puesto en el Equipo Ideal de Rookies de la NBA.

En la postemporada, Thurmond pasaba cada vez más tiempo en cancha junto a Chamberlain. Su tiempo de juego aumentó de 26 minutos por partido en la temporada regular a 34 en playoffs, y Thurmond respondió con 10,0 puntos y 12,3 rebotes por partido. Los Warriors avanzaron hasta la final de la NBA, donde perdieron ante los Celtics de Boston en cinco partidos.

El traspaso de Chamberlain a Philadelphia 76ers la temporada siguiente, le dio a Thurmond el centro de la zona y sus números crecieron en proporciones de estrella. Terminó con promedios de 16.5 ppp y 18.1 rpp en 41 minutos por encuentro.

A principios de 1965, Thurmond atrapó 42 rebotes contra los Detroit Pistons, la mejor marca de su carrera. En febrero de ese mismo año, en Baltimore, Thurmond estableció un récord de la NBA que todavía se mantiene décadas más tarde. Agarró 18 rebotes en un cuarto contra los Bullets, rompiendo el récord anterior de 17 compartido por Russell y Chamberlain.

Thurmond se convirtió en una estrella consistente. Jugó en tres All Star consecutivos entre 1965 y 1967, y promedió por lo menos 18 rebotes cada año, incluyendo un monstruoso 21.3 en 1966-67 (este año quedó segundo en las votaciones para el MVP, tras Chamberlain). Las habilidades ofensivas de Thurmond comenzaron a tomar forma también. Se destapó con 18,7 ppp en 1966-67 y luego 20,5 ppp en 1967-68, comenzando una cadena de cinco temporadas consecutivas por encima de 20 puntos por partido. En 1967 disputó su segunda final de la NBA, pero los Philadelphia 76ers de Wilt Chamberlain se impusieron por 4-2.

La producción de Thurmond comenzó a caer cuando su carrera entró en su segunda década. En 1973-74 su producción había caído a 13,0 puntos por juego, aunque todavía registraba un impresionante promedio de 14,2 rebotes. Pero los Warriors querían una infusión de energía joven en la posición central, así que después de la temporada, cambiaron a Thurmond a los Chicago Bulls por el pívot de 25 años de edad Clifford Ray, un draft pick y dinero en efectivo.

En la primera noche de la temporada 1974-75, Thurmond dio a los Bulls todo lo que esperaban (y más). En su debut contra los Atlanta Hawks, el 8 de octubre de 1974, Thurmond anotó 22 puntos, agarró 14 rebotes, dio 13 asistencias y bloqueó 12 tiros. Fue el primer cuádruple doble en la historia de la NBA, una hazaña que sólo sería igualada tres veces desde entonces... Recordar que hasta 1973, las estadísticas de tapones y robos de balón no se contabilizaban.

Irónicamente, después de pasar 11 temporadas en los Warriors y perder dos finales, ese mismo año (1975), el primero desde su partida, los de la Bahía de San Francisco se proclamaban campeones de la NBA.

A comienzos de la 1975-76, Nate era traspasado a los Cleveland Cavaliers. El acuerdo llevó a Thurmond a su Ohio natal, donde fue recibido calurosamente por los aficionados de Cleveland, y donde parecía revitalizar a un equipo de los Cavaliers que ganó la División Central y llegó a los playoffs por primera vez en la historia de la franquicia. El equipo no se detuvo allí, y llegó a las finales de la Conferencia Este, cayendo eliminados ante los futuros campeones Boston Celtics, en lo que se llamó "El Milagro de Richfield". 

Nate Thurmond se retiró al final de la temporada 1976-77 sin haber ganado ningún título, pero sabiendo que su nombre siempre sería recordado.

Promedió 15 puntos y 15 rebotes por partido a lo largo de 14 temporadas. Es uno de los cinco jugadores en la historia de la NBA en promediar al menos 15 rebotes por partido en su carrera y al menos 20 rebotes por partido durante una temporada (los otros son Bill Russell, Wilt Chamberlain, Jerry Lucas y Bob Pettit). También es uno de los cuatro jugadores que han cogido más de 40 rebotes en un partido en la historia de la liga, junto a Lucas, Russell y Chamberlain, y tiene el récord de más rebotes capturados en un cuarto con 18. Fue elegido en el equipo ideal de rookies en 1964, fue siete veces All Star (1965, 66, 67, 68, 70, 73 y 74) y dos veces incluido en el mejor quinteto defensivo (este premio se empezó a dar en 1969). Pero por encima de todo, siempre será recordado por ser el primer hombre en realizar un cuádruple doble.

Algunos observadores han sugerido que Thurmond proporcionó la mejor combinación de ataque y defensa en la historia del baloncesto. Muchos dicen que su defensa era mejor que la de Chamberlain, y que su ataque era mejor que el de Bill Russell. Con su rapidez y largos brazos, un suave toque para el tiro, un rebote tenaz, una capacidad innata de bloquear tiros y una actitud total de compromiso con el equipo, Thurmond ofreció un paquete perfectamente equilibrado.

En una época de supercentros, grandes hombres que podían dominar el juego al anotar casi a voluntad, y defendiendo con largos brazos, rápidos reflejos y pura intimidación, Thurmond supo hacerse un hueco en la élite de su época. Se ganó el respeto de todos sus rivales.

"Los otros jugadores piensan que soy el mejor jugador defensivo del baloncesto profesional", agregó Thurmond. "Siempre se acercan a mí diciendo eso. Tengo la misma atención de otros jugadores que Bill Russell solía recibir".

Tanto Abdul-Jabbar como Chamberlain, han declarado que Thurmond era su adversario más duro. "Nadie ha logrado defenderme mejor que él", dijo Abdul-Jabbar cuando estaba en su mejor momento. "Es alto, tiene brazos muy largos y, sobre todo, es ágil y fuerte." Abdul-Jabbar también dijo: "Tengo que sudar mucho para anotar delante de Nate".

Otros elogiaron la consistencia de Thurmond, la ética de trabajo y su juego equilibrado y completo. Su ex compañero Walt Hazzard dijo: "Puedes salir a jugar cada noche con la tranquilidad de que él hará bien su trabajo. Sus estadísticas no son abrumadoras, pero su presencia en la cancha es increíble. En cuanto a bloquear tiros, es impresionante. Los contrarios cogen rebotes ofensivos y luego retroceden varios metros para asegurarse de que puedan hacer un lanzamiento, saben que Nate está allí".




lunes, 5 de diciembre de 2016

Top 20: Los mejores pívots en la historia de la NBA (El Coloso)

Cuando alguien es realmente bueno o grande, pero nunca el mejor, sus logros tienden a ser pasados por alto o desatendidos. El tratamiento desdeñoso es aún más duro para aquellos que aparentemente tienen las herramientas para ser el mejor, pero se asientan en una posición de conformismo...  Esa sensación es la que despertaba en la liga nuestro siguiente protagonista.


Walt Bellamy fue uno de los mejores pívots en la historia de la NBA. Medía 2,11 metros y destacó por su potencia de salto y su agilidad, aunque se le acusó de falta de consistencia y sus logros no recibieron excesiva atención, tapados por los de Russell, Chamberlain, Reed y Abdul-Jabbar. A su notable carrera le faltó el don de la oportunidad, estar en el equipo adecuado en el momento preciso. Pero los números de Walt Bellamy son indiscutibles. No alcanzó el ansiado anillo de campeón, pero en su trayectoria de 14 años en la liga, promedió 20,1 puntos y 13,7 rebotes, fue cuatro veces All Star y recibió el premio al mejor novato en el curso 1961-1962.

Las expectativas se dispararon en su etapa universitaria en Indiana. Compitió en los Juegos Olímpicos de 1960 en Roma, con una de las mejores selecciones no profesionales de Estados Unidos. Ganó la medalla de oro, junto a otros universitarios que luego fueron estrellas en la NBA, como Jerry West, Oscar Robertson y Jerry Lucas. El dominio de ese equipo fue absoluto, promedió 101 puntos y dejó a sus rivales en una media de 59.

Un año después, Bellamy inició su carrera en los Chicago Packers. Fue nº1 del draft de 1961. Esa temporada fue nombrado Rookie del Año tras tener una de las mejores temporadas de un novato en la historia de la liga (junto con Wilt Chamberlain y Oscar Robertson). Sus 31,6 puntos por partidos es el segundo mejor registro anotador realizado por un rookie detrás de los 37,6 de Chamberlain, y los 19 rebotes por noche el tercer mejor registro reboteador tras Chamberlain y Bill Russell. Además, lideró la liga en porcentaje de tiros de campo, y en su primera participación en el All-Star Game sus números fueron de 23 puntos y 17 rebotes. Los Packers contaban con jugadores de un nivel muy discreto, pero con ellos completó el primer equipo titular en la NBA formado totalmente por negros.

En 1963 Baltimore contrató a Bellamy y con él llegó a la final de la Conferencia Oeste en 1965. En 1967 formó un magnífico trío en los Knicks con Willis Reed y Dick Barnett. El equipo de Nueva York se clasificó para los playoffs por primera vez desde 1959. Pero decidió prescindir de uno de sus pívots. Se quedaron con Reed y Bellamy fue traspasado a Detroit. Los Knicks ganaron los dos únicos títulos de su historia (1970 y 1973) mientras que "Bells", como apodaban al pívot de New Bern (Carolina del Norte), fue traspasado a los Atlanta Hawks, donde coincidió con Pete Maravich y se clasificó cuatro veces para los playoffs.

En la temporada 1968/69, Bellamy batió el récord de partidos jugados en una temporada, con 88. La explicación es muy sencilla. Como sabéis, el calendario de la NBA consta de 82 partidos, pero se adapta a los viajes, giras, eventos y localizaciones, y puede darse la situación de que a mediados del mes de diciembre un equipo lleve 35 partidos y otro 29. Este fue el caso de los New York Knicks, que el 17 de diciembre de 1968 ya acumulaban 35 encuentros, mientras que los Detroit Pistons habían disputado 29. Los Knicks traspasaron al interior en esta fecha, y ya podéis deducir lo que ocurrió.

Se retiró en 1975, cuando tenía 35 años, tras jugar solo un partido con Nueva Orleans. En total disputó 1043 encuentros de 1055 posibles (un 98%). Nunca pudo estar en el equipo ideal de la NBA porque su carrera coincidió con la de tres de los mejores pívots de la historia, Bill Russell, Wilt Chamberlain y Kareem Abdul-Jabbar. Pero Bellamy tiene uno de los currículos más productivos que el juego haya visto nunca. Es uno de los siete jugadores que han logrado superar los 20.000 puntos y los 14.000 rebotes en la NBA. Así que incluso si nunca fue el mejor, Walter Bellamy sigue siendo uno de los más grandes.









jueves, 1 de diciembre de 2016

Top 20: Los mejores pívots en la historia de la NBA (El hombre coraje)

La suya fue seguramente la más decisiva de las apariciones inesperadas en la historia de la NBA. El 8 de mayo de 1970, los Knicks y los Lakers disputaban en el Madison Square Garden el séptimo y último partido de la final. Willis Reed (Hico, Louisiana, 25/VI/1942), que era el pívot titular y el capitán del equipo neoyorquino, se había lesionado en el muslo en el quinto partido (victoria de su equipo por 107-100), no pudo jugar el sexto (derrota por 135-113, con 45 puntos y 27 rebotes de Wilt Chamberlain, el pívot de los californianos) y tampoco salió a hacer el calentamiento antes del séptimo. “Pero quería jugar”, explicó después. “Era el gran momento que esperas toda tu vida. No quería mirarme en el espejo al cabo de veinte años y decirme que ojalá hubiera jugado”.

No se quedó con las ganas de jugar. Le inyectaron para aliviar el dolor y, a pesar de su ostensible cojera, apareció en la pista justo antes del salto inicial. Y si su mera presencia ya levantó los alicaídos ánimos de la afición neoyorquina, al firmar las dos primeras canastas del encuentro, las únicas que anotó, se convirtió en la fuente de inspiración que necesitaba su equipo para ganar el partido por 113-99, y conseguir con ello su primer título de la NBA. Su emocionante aparición fue votada como el momento más grande que ha vivido el Madison Square Garden.

Willis Reed estudió en la desconocida universidad de Grambling State. Consiguió ganar tres veces el título de su división, y en su último año llevó a su equipo a ganar el título de la NAIA, con unos promedios de 26,6 puntos y 21,3 rebotes.

Reed fue elegido por los Knicks en la primera posición de la segunda ronda del draft de 1964. Su impacto fue inmediato. Esa misma temporada acababa con unos promedios de 19,5 puntos y 14,7 rebotes. Fue nombrado Rookie of the Year y disputó su primer All Star.

En 1969-70, los Knicks comenzaron con un récord de 14-1 y pasaron a ganar 60 partidos de temporada regular por primera vez en la historia de la franquicia. Las victorias de Nueva York incluyeron una racha ganadora de 18 encuentros seguidos. Reed, se llevó a casa el MVP de la temporada, el MVP del All Star y el MVP de la final. En ese momento fue el primer jugador en conseguir los tres galardones en una misma temporada.

En la 1971-72, los Knicks volvieron a presentarse en la final, pero esta vez, con Reed lesionado, no plantaron oposición a los Lakers y perdieron por 4-1.

Para la temporada 1972-73, Reed estaba de vuelta. Y aunque su contribución no fue tan decisiva durante la temporada, debido a sus problemas físicos, los Knicks se plantaron en una nueva final ante los Lakers, devolviéndoles el 4-1 de la temporada anterior y proclamándose campeones por segunda vez. Willis Reed fue elegido MVP de las mismas por segunda ocasión.

En 1974, el pívot de 2,08, lastrado por las lesiones, se retiraba después de disputar sólo 19 encuentros. Jugó 650 partidos en la NBA, con 18,7 puntos y 12,9 rebotes de promedio. Fue siete veces All Star (MVP en 1970), una vez MVP de la temporada (1970), dos veces MVP de las finales (1970 y 73), Rookie del año en 1965, una vez elegido en el mejor quinteto de la temporada (1970) y cuatro en el segundo (1967, 68, 69 y 71) y miembro del equipo defensivo en 1970.

Las palabras que describen la carrera de Willis Reed pueden sonar como un cliché pintoresco, pero son apropiadas: resistencia, orgullo, dignidad, obligación, trabajo duro y coraje. Durante una década aplicó esas cualidades día tras día en la cancha de baloncesto, pero tomaron todo su sentido en un par de minutos dramáticos al comienzo del séptimo partido de las Finales de la NBA de 1970. Décadas después de la legendaria noche, Reed recuerda: "No hay un día en mi vida que la gente no me recuerde ese partido".

 

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