Ya desde muy jovencito, con tan sólo 17 años, formó parte de la selección americana que acudió al Campeonato del Mundo de 1970.
Con posterioridad Walton, como buen californiano, se enroló en las filas de la prestigiosa universidad de UCLA, dirigida por el mítico John Wooden. Allí consiguió los títulos de 1972, ganando la final a Florida State, y de 1973 ante Memphis State. En éste partido, Bill Walton grabó su nombre en los libros de historia. Esa noche mágica, el gran pívot consiguió anotar 44 puntos en una serie de 21 lanzamientos de ¡22 intentos!. Durante su estancia en el centro, llevó a los Bruins a un récord de 86-4 y fue un miembro vital de los equipos de UCLA que ganaron 88 partidos consecutivos. Walton fue tres veces All-America, Jugador del Año tres años consecutivos y MVP de los torneos de la NCAA de 1972 y 1973. Terminó su carrera colegial con 1.767 puntos (20.3 ppp) y 1.370 rebotes (15.7 rpp).
Fue elegido número 1 del draft en 1974 por los Portland Trail Blazers, y ya en sus dos primeras temporadas se perdía más de la mitad de los partidos por lesiones varias. Comenzó a despuntar en la 1976-77, en la que fue seleccionado para el All-Star Game (que no disputó debido a una nueva lesión) y acabó la temporada regular siendo incluido en el Mejor Quinteto Defensivo y en el Segundo Mejor Quinteto de la NBA. En los playoffs, lideró a su equipo en la consecución del título de la Conferencia Oeste tras barrer a los Lakers en la final, tras una recordada defensa sobre la estrella del equipo angelino, Kareem Abdul-Jabbar. En las Finales de la NBA derrotaron a los favoritos, Philadelphia 76ers, por 4-2, a pesar de perder los dos primeros partidos, siendo nombrado MVP de las Finales.
Al año siguiente (1978) fue galardonado con el título de MVP de la temporada, siendo incluido de nuevo en el Mejor quinteto defensivo y el Mejor quinteto de la liga por primera vez. Además jugó su único All Star, en el que consiguió 15 puntos y capturó 10 rebotes.
Tras pasar en blanco toda la temporada 78-79, Bill Walton firma por los San Diego Clippers, el equipo de su ciudad, pero en 6 años en la franquicia, sólo puede disputar un total de 169 partidos (recordemos que cada temporada NBA consta de 82 encuentros de liga regular).
Después de diversas cirugías para recuperar su maltrecho pie y determinado a ganar un nuevo título antes de retirarse, se ofreció a los dos grandes de la liga, Los Angeles Lakers y los Boston Celtics, siendo éstos últimos los que se hicieron con sus servicios en 1985.
Walton jugó 80 partidos de liga regular aquel año, 13 más que el año que más encuentros había disputado. Jugando solamente 19,3 minutos por partido, promedió 7,6 puntos, 6,8 rebotes, 2,1 asistencias y 1,3 tapones cada noche. Consiguió además su mejor marca en porcentaje de tiros de campo, con un 56,2%, lo que le llevó a conseguir el galardón de Mejor Sexto Hombre de la NBA.
Así, en la temporada 1985-86, Walton conseguía su segundo anillo de campeón derrotando en la final a Houston Rockets y sus torres gemelas, Ralph Sampson y Hakeem Olajuwon, en 6 partidos.
A la edad de 34 años, Walton se retiró tras jugar únicamente 10 partidos de la temporada 1986-87. En el total de su carrera profesional, sólo pudo disputar un total de 468 partidos (de 1066 posibles).
Su compañero en Boston Kevin McHale dijo de él: "Ves a un tipo tan viejo como él, con el cuerpo más machacado de entre todos los deportistas, actuando como si fuera un chaval de instituto, y es algo divertido e inspirativo al mismo tiempo. Cada partido era un desafío, y nunca nos dejó que olvidáramos eso".
Como anécdota, comentar que Walton era un fanático del grupo musical Grateful Dead, hasta el punto de verlos en más de 800 conciertos, llegando incluso a tocar con ellos la batería en Egipto, en 1978.
Después de su retirada, se convirtió en uno de los analistas de partidos más carismáticos, lenguaraces y controvertidos de la televisión americana.
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